martes, 2 de septiembre de 2014

Adaptaciones llenas de besos y abrazos...


Hola de nuevo!

El pasado lunes comenzó nuestro viaje... Pese a la experiencia profesional y personal de cada una, estábamos llenas de ilusión, nerviosas, contentas, con ganas de acompañar a los pequeños en lo que son los primeros maravillosos años de su vida.

Momentos antes de empezar, creo que las dos hicimos lo mismo que la gente hace en fin de año: recordar, valorar, pensar, y definir toda una lista de cosas pasadas en cuanto al proyecto. Entonces... ¡sonó el timbre! y uno de los días que recordaremos durante años empezó :)

En estos primeros días de septiembre, toda familia con peques habla del periodo de adaptación y todo lo que ello conlleva. A nosotras, nos gustaría contar cómo lo estamos llevando a cabo, no porque sea mejor ni peor, si no simplemente porque es diferente a lo que estábamos acostumbradas y lo que realmente nos gustaría encontrar como familia.

Por ello, decidimos empezar con el periodo de adaptación que cada familia decidía en base a sus las necesidades y sobre todo a las de los pequeños. Deciden las horas, los días y cuánto tiempo quieren permanecer en el espacio durante esta "adaptación".

Hemos logrado que los peques vayan llegando gradualmente a Creciendo Juntos con tiempo e incluso días de diferencia. Con ello, conseguíamos que los peques estuvieran a solas con sus papás o mamás en el espacio durante unos minutos. Un espacio atractivo, adaptado y sobre todo tranquilo y en calma. A los pocos minutos nos acercamos las dos y nos sentamos cerca de forma tranquila saludando al peque con alegría mientras entablamos una conversación con su mamá o papá. Todo sigue de forma gradual, empezamos a jugar, a enseñar materiales, poco a poco hasta que el peque se sienta tranquilo y con ganas de explorar. Finalmente, si los papás o mamás se tienen que ir, se marchan, pero siempre cuando el niño lleve un ratito explorando con confianza, pues creemos que esta seguridad ayudará a que la despedida no sea tan dolorosa.



Obviamente este tiempo en cada uno es diferente, es normal y natural que el niño muestre signos de tristeza y que llore en la despedida, pues es un signo de apego entre el niño y los papás. En ese caso, como en todos los demás, nuestra respuesta siempre es cariño incondicional.  

El poder llevar a cabo una adaptación totalmente individualizada ha sido de gran ayuda tanto para las familias, los pequeños y para nosotras. Es MUY importante que el ambiente y nosotras nos adaptemos en la medida de lo posible a las necesidades del pequeño con la finalidad de procurarle seguridad y mucho cariño en las primeras despedidas de los papás y mamás.

Gracias por estar siempre al otro lado!

Hasta pronto!


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